Desayunamos en el hotel y salimos a nuestra dulcería favorita donde sirven un expreso bastante cargadito y bueno. Esperamos a que llegue nuestro coche para llevarnos a Pyin Oo Lwin.
Viajamos cómodamente en un coche particular donde sólo vamos nosotros y un cliente más.
Llegamos después de hora y media de ruta al hotel que presume de una coqueta piscina.
Preguntamos en recepción cómo llegar al National Kandawgyi Gardens y nos ofrecen unas bicicletas gratuitas con las que llegamos cómodamente en menos de media hora.
Pagamos los 15000 KYATS de las entradas y nos dirigimos al inicio del recorrido. Allí aparcamos las bicis y recorremos a pie el parque nacional que posee varios lagos, un mariposario, un orquidiario, una zona de bosque con pinos canarios, una pagoda y una torre mirador que subimos. El parque nos sorprende por lo limpio y bien cuidado que está, no así la torre que se muestra semi abandonada.
Decidimos comer en el restaurante Bamboo que se encuentra dentro del parque. Nos encanta tanto la decoración como la comida que disfrutamos desde una mesa con vistas.
Volvemos al hotel y nos pegamos un bañito en la piscina.
Emili decide darse un masaje en la ciudad. El dueño nos lleva en su taxi por 3000 KYATS.
Kati pasea mientras a Emili le dan el masaje.
En la ciudad, que no nos gusta mucho, nos cuesta encontrar un tuc tuc cuando apenas son las ocho de la noche. Decidimos cenar en un hindú denominado Taj pero como nos parece temprano y no tenemos aún mucha hambre vamos primero al Friday a tomar una cerveza.
Nos llevamos la sorpresa de que el hindú cierra a las 9 por lo que volvemos al Friday y cenamos allí.
Volvemos al hotel caminando por la orilla del lago en el que hombres de cuclillas pescan con sus sedales.
El vigilante de nuestro hotel nos abre el portón y nos vamos a la habitación a descansar.
















Qué guay la piscina!
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