Miércoles 24 de julio de 2019
Nos levantamos y vamos en guagua a la estación de trenes para comprar los billetes de tren para ir a Mawlamyine. En la guagua una señora le da 200 KYAT a Kati porque no tiene más que un billete de 100 y en la guagua se paga con dinero en efectivo que se mete en una urna transparente. La amabilidad de la señora nos deja atónitos y nos emociona.
Un joven birmano intercambia unas palabras con Emili y nos indica dónde bajarnos en la estación.
Como el tren sale al día siguiente tenemos que ir al otro lado de la estación para comprar los billetes. Como no hay coche-cama adquirimos asientos de primera clase por la irrisoria cantidad de 4250 KYAT (2,50€) para un trayecto de 9 horas.
Salimos y recorremos la Yangón colonial haciendo parcialmente la ruta a pie de la Lonely Planet.
Paramos en una cafetería de trato exquisito donde nos hinchan a agua.
El día es grisáceo. Como nos damos cuenta de que estamos al lado del embarcadero, decidimos ir a visitar Dala que está al otro lado del río Yangón, por lo que tenemos que atravesar un puente alto y coger un ferry (2000KYAT por trayecto).
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| En la cafetería |
El día es grisáceo. Como nos damos cuenta de que estamos al lado del embarcadero, decidimos ir a visitar Dala que está al otro lado del río Yangón, por lo que tenemos que atravesar un puente alto y coger un ferry (2000KYAT por trayecto).
Cogemos un tuk tuk y recorremos varios lugares como una tienda solidaria donde nos hacemos con una carterita para guardar el bote, un mercado y una escuelita que regenta un hindú solidario.
Bajo una lluvia intensa, visitamos un cementerio y unas chozas de bambú que flotan sobre el río. Hacemos fotos y nos despedimos del simpático pero algo seco conductor.
Decidimos comer en el centro de Yangón en el mismo restaurante que la noche anterior. Diluvia.
Vamos a ver una tienda solidaria y a una tetería. Al salir un niño persigue a Emili e incluso se le cuelga del brazo pidiendo sin cesar. En una esquina, por fin, se zafa de él.
Regresamos al hotel pero antes hacemos unas compritas en los puestitos callejeros.
César decide quedarse en el hotel tramitando papeleo y Emili y Kati van a cenar al restaurante coreano que se halla enfrente del hotel que se llama Ureshii Kitchen.










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